Hipoteca Inversa: una alternativa para un mercado inmobiliario más maduro
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Hipoteca Inversa: una alternativa para un mercado inmobiliario más maduro

En el último tiempo, hemos visto cómo el mercado inmobiliario se ha adaptado a nuevas necesidades y tecnologías. Desde el fraccionamiento de propiedades hasta la digitalización de procesos, la industria busca constantemente fórmulas para ser más accesible y generar valor. En este contexto, surge periódicamente una figura que en Chile no ha logrado despegar: la hipoteca inversa.

¿Qué es exactamente una hipoteca inversa?

En términos simples, es un producto financiero diseñado para personas mayores, generalmente jubilados, que son propietarios de una vivienda libre de cargas o con una hipoteca muy reducida. A diferencia de un crédito hipotecario tradicional donde se pide dinero para comprar una casa y se pagan cuotas mensuales, en la hipoteca inversa el propietario recibe dinero del banco, ya sea en un pago único, en rentas mensuales o una combinación, utilizando su vivienda como garantía pero sin perder la propiedad ni la posesión de la misma.

La deuda generada se salda generalmente con la venta de la propiedad o al fallecimiento del titular, momento en el cual sus herederos deberán pagar la deuda, ya sea vendiendo el Inmueble, o manteniendo su propiedad y pagando con recursos provenientes de otras fuentes.

Las ventajas de este instrumento son evidentes, especialmente en un contexto de envejecimiento de la población y la necesidad de complementar las pensiones. Permite a los adultos mayores transformar parte del valor de su patrimonio inmobiliario en liquidez, mejorando su calidad de vida, afrontando gastos médicos o simplemente disfrutando de sus últimos años sin vender su hogar. Es una herramienta poderosa para aliviar la presión económica de la tercera edad sin desprenderse de su principal activo.

Esta figura no es una novedad a nivel global. Países con poblaciones envejecidas y mercados inmobiliarios maduros, han implementado la hipoteca inversa con éxito desde hace décadas. Podemos encontrarla funcionando activamente en naciones como Estados Unidos, donde se conoce como “Reverse Mortgage” o en Reino Unido, bajo el término “Equity Release”. También es una opción consolidada en Canadá y en varios países de la Unión Europea, como España.
En Chile, a pesar de sus atractivos, no ha logrado prosperar.

Las razones son multifactoriales. Por un lado, existe un importante desconocimiento cultural sobre este tipo de producto, generando desconfianza tanto en potenciales clientes como en las propias instituciones financieras. La idea de “hipotecar” la casa que tanto costó adquirir, aunque sea en un sentido inverso, choca con la arraigada mentalidad de dejar el patrimonio a las futuras generaciones.

Además, sin una ley específica que establezca las condiciones, protecciones al consumidor, y normas para la valorización de las propiedades y el cálculo de la deuda, las entidades financieras no tienen incentivos para ofrecer un producto con los riesgos y la complejidad inherentes.

La hipoteca inversa representa una oportunidad para el mercado inmobiliario y para la calidad de vida de nuestros adultos mayores. Sin embargo, para que prospere en Chile, es indispensable que exista una voluntad política y regulatoria para crear un marco legal que dé certezas a todas las partes. Es una invitación a mirar más allá de lo tradicional.