La recientemente finalizada versión 2025 de Expomin, que se ha consolidado últimamente como la feria más grande de Chile y una de las más importantes de América Latina en su rubro, por primera vez abrió sus puertas al público general, para acercar la minería a los ciudadanos. En un día especialmente dedicado, las familias asistentes pudieron conocer el impacto de la minería en la sociedad y entorno, y los avances y el compromiso de la industria en materia de sostenibilidad.
Aun siendo un país eminentemente minero, esta industria parece ser bastante desconocida para la mayoría de los chilenos. Conocemos (solo) de su contribución al PIB nacional y sobre su impacto medioambiental, fundamentalmente a través de información de prensa o publicaciones en redes sociales, no pocas veces orientadas al conflicto.
Durante las últimas décadas, la crítica al modelo extractivista ha ganado fuerza impulsada por legítimas preocupaciones ambientales. Sin embargo, esta mirada rehúye la vertiginosa transformación de la industria minera en Chile y su compromiso con la sostenibilidad, y desatiende su rol determinante para alcanzar la tan anhelada transición energética.
La minería tiene un papel clave en el enfrentamiento del cambio climático, no solo porque provee los minerales críticos para la transición energética, sino porque lidera el camino en la adopción de nuevas tecnologías en materia de sostenibilidad. La minería del cobre ya opera con un 70% de energías limpias (COCHILCO, Consumo de energía eléctrica en la minería del cobre 2023-2034) y la meta de Compromiso Minero – red que agrupa a más de 110 organizaciones mineras – es alcanzar al menos un 90% del suministro eléctrico provenientes de fuentes renovables para 2030.
La transición a fuentes renovables ha redundado ya en una disminución de un 12% en las emisiones GEI entre los años 2010 y 2023 (COCHILCO, Informe GEI 2023). Aunque todavía hay espacio para avanzar, la industria minera es también la que más invierte en investigación, y la adopción de nuevas tecnologías ha permitido desarrollar procesos más eficientes en el uso de recursos, como el agua. COCHILCO destaca que durante los últimos 10 años más del 70% del volumen hídrico que se ocupa en las faenas mineras proviene de agua recuperada, se ha visto una disminución de más de un 10% en el uso de agua continental durante el mismo período y un aumento progresivo de la participación del agua de mar (COCHILCO, Consumo de agua en la minería del cobre 2023).
La falta de información puede conducir a pensar en la minería como una industria gatopardiana; que promueve cambios aparentes con el objetivo de que “todo se mantenga igual”: el retorno de la inversión, el ritmo de crecimiento, su capacidad para determinar el emplazamiento de los proyectos, la imagen corporativa de las compañías, etcétera. Sin embargo – aunque siguen existiendo muchos desafíos por resolver – un análisis más profundo evidencia que la industria minera ha introducido reformas profundas en su forma de operar. Resignificando el gatopardismo, la industria minera está intentando cambiar para que para que “todo” (nuestro entorno) – no pudiendo mantenerse igual – se mantenga lo más inalterado posible.
La iniciativa de Expomin de acercar la minería a las personas es una novedad que debería transformarse en hábito en países que, como Chile, tienen tradición y futuro minero, para que sus habitantes puedan valorar el aporte de la industria en su justa dimensión.
