El panorama sindical en Perú para el 2024: reflexiones y expectativas

Es necesario encontrar un equilibrio entre las exigencias de los trabajadores y la salud financiera de las empresas, advierten los expertos. Sepa los detalles.

El panorama sindical en Perú para el 2024: reflexiones y expectativas

El panorama sindical en Perú para el 2024: reflexiones y expectativas

El escenario sindical en Perú se ha transformado significativamente en el periodo del 2020 al 2023, marcando un cambio en la dinámica laboral y sindical que se espera continúe en 2024. Este período ha visto un aumento en la actividad sindical, con mayores negociaciones colectivas y la creación de nuevos sindicatos. En este contexto, se anticipan desafíos y oportunidades únicas para este año.

Durante el 2023, el protagonismo sindical en Perú se “consolidó” luego de la implementación del Decreto Supremo Nº 014-2022-TR, aquel que fue aprobado durante el Gobierno de Pedro Castillo como parte de su llamada “Agenda 19″ y que no fue puesto a discusión en el Consejo Nacional del Trabajo (CNT).

Este cambio marcó una desviación de la tendencia observada durante la pandemia, donde la actividad sindical había experimentado un declive. Sin embargo, esta revitalización del movimiento sindical en 2023 se produjo en un contexto de recesión económica, lo que añadió complejidad a las negociaciones laborales.

Antecedentes
Mauro Ugaz, Socio del Área Laboral de EY Perú comenta que la evolución de la actividad sindical en Perú desde 2022 hasta ahora, muestra una marcada transformación, caracterizada por la implementación del Decreto Supremo Nº 014-2022-TR y otros factores.

El 2022 fue un punto de inflexión en la consolidación del protagonismo sindical en Perú. Este fenómeno se produjo tras un período de menor relevancia durante la pandemia, cuando la actividad sindical y laboral sufrió una recesión.

La consolidación del 2023 se vio impulsada por una serie de factores, entre ellos, la recuperación económica gradual y el aumento en las dinámicas sindicales. Esto implicó un aumento en las negociaciones colectivas, la creación de más sindicatos y una mayor presencia sindical en diversas industrias.

Este resurgimiento que Ugaz describe como un año con un contexto diferente al del año anterior, principalmente debido a dos factores: la situación económica y el fenómeno de El Niño.

Si bien se esperaba que la recesión económica se mantuviera en los primeros meses de 2024, era evidente que el papel de los sindicatos en la negociación de condiciones laborales se iba a ver influenciado significativamente por estos retos económicos y ambientales.

El contexto económico, marcado por la recesión, generó una situación en la que los sindicatos se centraron en dos objetivos principales: evitar la disminución de los ingresos económicos y la reducción de empleos.

Estos objetivos se convirtieron en el punto focal de las discusiones sindicales y las negociaciones colectivas, llevando a un escenario en el que estas negociaciones se volvieron más complejas y extensas. La expectativa era que los meses previos a 2024 estarían marcados por negociaciones colectivas constructivas.

Lidia Vílchez, socia del área laboral en Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría, afirma que a mediados del 2022 se emitieron numerosas modificaciones al Reglamento de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, mediante las cuales se tuvo por objeto introducir cambios que fortalecieran a las organizaciones sindicales en el país.

Menciona que entre los cambios más importantes, que seguirán teniendo impacto incluso en el 2024, está la libertad de asociación, la cual reconoció la facultad de los trabajadores de organizar sindicatos de tipos diversos de los que inicialmente preveía a ley. Por ejemplo, sindicatos de redes de subcontratación.

Por ejemplo, esto ha permitido el registro del sindicato de trabajadores de las plataformas de reparto, que si bien no buscan el reconocimiento de derechos laborales como personal dependiente, persiguen organizarse para mejorar determinadas condiciones de su prestación (tarifas, propinas).

Como se aprecia, es posible generar el surgimiento de nuevos colectivos de trabajadores, organizados fuera del esquema tradicional de la empresa como interlocutor, que busquen iniciar negociaciones más complejas con los empleadores a los cuales prestan servicios.

Vílchez indica que en cuanto a la negociación colectiva, uno de los cambios centrales ha estado orientado a la prohibición a las empresas de extender unilateralmente el producto de la negociación colectiva (los incrementos remunerativos y de otros beneficios).

Ciertamente es un frente que viene generando controversia y un potencial incremento en la tensión entre sindicatos y empresas, considera.

La modificación de la norma también generó que los trabajadores no requieran estar en el marco de una negociación colectiva no resuelta o ante un incumplimiento acreditado del empleador para que puedan participar en huelgas.

Esto supone que, tras la modificación, exista más facilidad para que una huelga de trabajadores se realice. Además, la norma indica que los sindicatos no tienen la obligación de fundamentar el motivo de las huelgas. “Esto permite anticipar que se produzcan más huelgas y sean más largas, y un nivel de conflicto laboral más complejo de gestionar”, comenta.

Daniel Robles Ibazeta, socio de Robles Ibazeta Consultores, resalta que es importante tener en cuenta que, si las negociaciones colectivas son totalmente favorables a los trabajadores y no busca balances, puede darse un aumento en los costos laborales para las empresas. Esto podría desincentivar la contratación de nuevos empleados o incluso llevar a recortes de personal para mantener los costos bajo control.

Como resultado, la empresa puede tener dificultades para invertir en nuevas tecnologías o expandirse, lo que puede afectar su competitividad y su capacidad para generar empleo.

Es por eso que es crucial mantener un equilibrio entre las exigencias de los trabajadores y la salud económica de la empresa. Las negociaciones colectivas deben de tener en cuenta la situación financiera de la empresa y buscar acuerdos que sean sostenibles a largo plazo.

Esto implica encontrar soluciones que beneficien a los trabajadores sin poner en peligro la estabilidad financiera de la empresa.

Robles añade que en cuanto a las proyecciones económicas del Perú para el 2024, “se espera un crecimiento significativo que genere crecimiento en los sindicatos, quienes podrían ver en este una oportunidad para mejorar los beneficios laborales y reducir la informalidad que ha sido una problemática en el mercado laboral del país, especialmente golpeado por la crisis de la Covid-19 y las tensiones políticas ocurridas en los últimos años”.

En cuanto a los aumentos salariales planificados, los sindicatos están mostrando una respuesta positiva. El abogado menciona que “si bien anteriormente se ha dado un aumento en la remuneración mínima vital (RMV), la combinación de la inflación y un mayor costo de vida está reduciendo el poder adquisitivo de los trabajadores. En la mayoría de los casos, los trabajadores destinan todo su salario a cubrir los gastos básicos de la canasta familiar”. A su consideración, este punto -el de pedir el alza de la RMV- será un punto clave a tomar en cuenta, pues será un tema álgido en el 2024.

Fuente:

Diario Gestión

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