¿La inteligencia artificial reemplazará a los abogados?

Las herramientas basadas en IA tienen el potencial de agilizar y automatizar las tareas jurídicas rutinarias pero no representa una amenaza, según el profesor de Derecho Administrativo José Luis Lara.

La inteligencia artificial (IA) está revolucionando varios sectores, y la abogacía no es una excepción. A medida que los avances en la tecnología de IA continúan remodelando el panorama jurídico, es crucial que los abogados se adapten y adopten estos cambios.

Las herramientas basadas en IA tienen el potencial de agilizar y automatizar las tareas jurídicas rutinarias, permitiendo a los abogados centrarse en aspectos más complejos y estratégicos de su trabajo. La investigación jurídica, el análisis de contratos y la revisión de documentos pueden agilizarse mediante algoritmos de IA, liberando un tiempo valioso para que los abogados se dediquen al pensamiento crítico, la defensa y el asesoramiento de los clientes. Al aprovechar la tecnología de IA, los profesionales del derecho pueden mejorar su eficiencia, productividad y prestación de servicios en general.

Sin embargo, aunque la tecnología de IA puede sobresalir en el procesamiento de grandes cantidades de datos y la identificación de patrones, las cualidades humanas únicas de juicio, empatía y creatividad siguen siendo insustituibles en la profesión jurídica. Es por eso que la inteligencia artificial no reemplazará a los abogados, sino que potenciará su talento humano. Al aprovechar las herramientas y plataformas de IA, los profesionales del Derecho pueden acceder a conocimientos más amplios y profundos, lo que les permite tomar decisiones más informadas, proporcionar asesoramiento estratégico y ofrecer soluciones innovadoras a problemas jurídicos complejos.

Así también, surgirán nuevas áreas legales. A medida que la IA asume ciertas tareas tradicionalmente realizadas por abogados, también crea oportunidades para el desarrollo de nuevos roles legales y especialización. Los profesionales del derecho pueden centrarse en áreas como la ética de la IA, la privacidad de los datos, la ciberseguridad y el cumplimiento normativo en relación con las aplicaciones de IA. Al adoptar estas áreas emergentes, los abogados pueden aprovechar su experiencia legal y ayudar a dar forma al marco legal y las políticas que rigen la tecnología de IA.

A medida que la IA se vuelve más prevalente en la profesión legal, las consideraciones éticas y el uso responsable se vuelven primordiales. Los abogados tienen un papel crucial a la hora de garantizar que los sistemas de IA se diseñen e implementen de forma que se respeten las normas legales y éticas, la privacidad y la confidencialidad, y se eviten sesgos o resultados discriminatorios. Los profesionales del Derecho pueden contribuir al desarrollo de directrices, reglamentos y mejores prácticas del sector para orientar el uso ético de la tecnología de IA en el ámbito jurídico.

Para navegar eficazmente por el impacto de la IA, los abogados deben adoptar una mentalidad de aprendizaje y adaptación continuos y en ello el Colegio de Abogados tiene un rol fundamental. Como institución debe estar al día de los últimos avances de la IA, comprender sus posibles aplicaciones en el contexto jurídico para que los profesionales, de todas las generaciones, puedan adquirir las competencias pertinentes, como el análisis de datos, la programación de IA o la ética de la IA. Abrazar el aprendizaje permanente y estar abierto a nuevas formas de trabajar permitirá a los abogados prosperar en un panorama legal impulsado por la IA.

Ya vemos hoy, por ejemplo, la aplicación de big data para procesar información de forma eficiente en contratos, resoluciones judiciales, entre otros documentos. Esto permite a los estudios de abogados analizar la información de forma estructurada y en tiempo real, para tomar decisiones más eficientes. Así también, aquellos que ya están avanzados en la adopción de data analytics, están comenzando a experimentar con el procesamiento de lenguaje natural, lo cual permite automatizar procesos repetitivos y entregar más tiempo a los abogados en labores más estratégicas.

El impacto de la IA en la profesión jurídica es inevitable, pero no tiene por qué verse como una amenaza. Al adoptar la tecnología de IA, los abogados pueden aprovechar sus ventajas para mejorar la eficiencia, aumentar sus conocimientos jurídicos y ofrecer un mejor servicio al cliente. Es crucial que los profesionales del Derecho se adapten, desarrollen nuevas funciones, garanticen un uso ético y responsable de la IA y se comprometan con el aprendizaje continuo. De este modo, la profesión jurídica puede aprovechar el poder de la IA para promover la causa de la justicia, defender el Estado de Derecho y satisfacer las necesidades cambiantes de los clientes en la era digital.

Fuente:

Forbes

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